Los portacebos son cajas, de diferentes tamaños y formas, que cuentan con un doble orificio de entrada y salida para las ratas. Generalmente están fabricados de plástico, pero puede encontrarse en otros materiales.
En el interior de los portacebos son colocados los raticidas o matarratas, desempeñando una doble función protectora.
Por un lado, protegen al producto de fenómenos que puedan reducir su efectividad, como la lluvia, la humedad, el viento o el sol.
Al mismo tiempo, el portacebo consigue que el raticida solo sea accesible para las ratas, eliminando riesgos de intoxicación al estar éste en su interior, fuera del alcance de mascotas y niños.